Es un problema frecuente, diría incluso que muy frecuente, encontrarnos en medio de un trabajo a bordo con un tornillo que se niega a salir, que está totalmente bloqueado.
En tales casos conviene no insistir con esfuerzos inútiles que casi siempre acaban destrozando la cabeza de tornillo y dificultando aun más su posterior extracción.
Una solución, que a veces funciona, pasa por dar un golpe fuerte y seco en la cabeza del destornillador mientras este se mantiene firmemente contra el tornillo. Es una solución que puede servir para paliar la ausencia a bordo de una herramienta que no debiera nunca faltar en la caja de herramientas del marino avisado: El destor golpe o destornillador de impacto.
La eficacia de la herramienta es sorprendente, siendo efectiva en los casos más complicados y extrayendo tornillos que parecían perdidos para la causa.
Una vez probada no podreis pasar de ella. Ocupa poco espacio y además no es demasiado cara.